domingo, 28 de abril de 2013

"Number six." Capítulo 1. Noticias.


Autora; Kimiko Mizuki.
Clasificación: +16
Advertencias: Lemon, M-preg.
Género: Drama, Romántico.








Number six.











…Positivo…



Aquella palabra que para él resaltaba entre todas las demás de aquél blanco papel le hizo sentir un temblor acompañado de un miedo en lo más profundo de su corazón, todo eso para acabar en un fuerte mareo que le hizo sentarse en las bancas más cercanas del parque por el que caminaba. Nunca le pasó por la mente que el diagnostico a sus malestares sería un embarazo, y mucho menos que cruzada ya por el segundo mes del mismo. Si bien era cierto que mantenía una relación con un hombre; y no cualquier hombre, sino que el vocalista de la banda en la cual él era el baterista. Una banda que comenzaba su carrera en el mundo de la música. No es como si aún fuesen novatos, pero tampoco eran de los más antiguos en la compañía.







… …



«¡¿En qué me he metido?! Joder, la banda…» Sabía que no lo había planeado y no era su culpa, al menos no toda, pero no podía evitar sentirse culpable, ¿qué pasaría con la banda de ahora en adelante?  ¿Acaso sería ése un obstáculo para su carrera? Y no sólo la suya, sino también la de sus amigos y compañeros de banda. Arrugó un poco el papel entre sus dedos con un deje de desesperación. En un principio no había tomado la noticia tan mal, tal vez porque siempre tuvo la ilusión de tener un hijo con la persona que amaba, ilusión que acabó cuando se enamoró perdidamente de su vocal, y ciertamente no esperó que sería él quien lo cargara en su interior, pero la idea de estar en cinta se le hizo interesante, por decirlo de alguna manera, pero ahora le llegaban los pensamientos con más claridad, ¡él no lo quería ahora, NO AHORA! ¿Qué le diría Shou si se enterase ahora mismo? Existían dos posibilidades: Una, que lo aceptara y con su dulce voz le dijera que todo iba a ir bien, que él se encargaría de ambos y todos serían felices, que el bebé no se interpondría entre sus sueños y sólo pasaría a formar parte de éste. O dos, que le dejara botado alegando que aún eran muy jóvenes para asumir la responsabilidad de un hijo, destrozando su corazón y sus esperanzas de formar una familia con la persona que ama. Pero Shou no sería capaz de hacer eso… ¿Verdad? El sólo pensarlo le hacía sentir mal, le hacía sentir el corazón pesado. Él no quería estar solo; él no quería estar sin Shou…

Y como si fuera magia, la idea de abortar no se le hacía tan mala. Es decir, ¡es verdad! Aún eran muy jóvenes para acarrear con esa responsabilidad si bien no era unos adolecentes, pero aún así…, además, tenía miedo. Él era un hombre, él NO debería estar pasando por esto. Habían varios casos, y ahora no era algo tan “raro”, pero aún así ¡¿por qué él?! …Por qué él… Se abrazó a sí mismo a la altura de su vientre mientras perdía su mirada en el cielo completamente azul y despejado, como si el sol quisiera transmitir un calor que él simplemente no podía sentir. Un par de lágrimas bajaron por sus blancas mejillas y un sollozo se ahogó entre sus labios. Los sentimientos encontrados junto con la sensibilidad del embarazo no le ayudaban. Acarició su aún plano abdomen delineando delicadamente figuras abstractas sobre él y bajó su mirada ahí, aunque supiese que aún no estaba siquiera formado y que apenas era un pequeño frijolito que no ocupaba mucho espacio; quiso imaginar cómo sería aquella criaturita que apenas se formaba.

—¿Tendrías esos hermosos y grandes ojos de tu papi…? —Sonrió leve, y la idea de un aborto desapareció de su mente. Fuese como fuese, él lo tendría, así tuviese que hacerlo solo. Él bebé no tenía la culpa de nada. Y él no sería un asesino de su propio hijo—. Tengo la mente echa un caos… —Murmuró con pesar mientras guardaba la prueba de embarazo en su bolso. Suspiró—. …Qué se supone que haré…




A eso de las seis de la tarde el baterista ya se encontraba llegando a su departamento, se descalzó los zapatos en la entrada, dejó caer su bolso en alguna parte del corredor y fue directamente a la cocina; a una de las alacena donde extrajo el alimento de Tsuyoshi, su mascota erizo. Fue hasta la gran jaula donde éste se hallaba, llenó su platito y se le quedó mirando. Aún no se atrevía a tocarlo mucho por temor a asustarlo, pero de vez en vez le daba pequeñas caricias con la yema de sus dedos. Realmente le reconfortaba.

No tenía ganas de hacer nada, a pesar de que aún fuera relativamente temprano se pasaría el resto del día y la noche en su habitación, pensando… O más bien intentando hacerlo, ya que un lacerante dolor de cabeza le atacó. Otro síntoma, supuso. Se sacó la ropa y sólo con la interior se metió bajo las frazadas de su cama y se arropó hasta los hombros, mirando fijamente la fotografía que se hallaba en su mesita de noche que miraba en dirección a él. En aquella fotografía se encontraban él y Shou, sonriendo, abrazados, felices… ¿Eso cambiaría? ¿Qué pasaría? El futuro se veía más incierto de lo que siempre fue.

El timbre de llamada de su teléfono le taladró en los oídos y por el tono supo que era Shou, él sabía que hoy tenía la dichosa consulta. Pero no quería hablar con él de eso, al menos no ahora. No estaba preparado aún. Ni siquiera él terminaba de asumir la noticia. Apenas el móvil dejó de sonar, lo tomó de la mesilla y lo apagó, para después disponerse a dormir, mañana sería un largo día a pesar de ser domingo, y necesitaba hablar con alguien, ¿y quién mejor que su mejor amigo?  Quizás ahí encuentre el apoyo que necesita, pero ahora sólo quería descansar; moría de sueño estúpidos síntomas pensó antes de caer dormido.


















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